miércoles, 27 de mayo de 2009

Confidencias (y IV). Asunción, cinismo.


"Momentos que no tienen precio"

Llegar al fin
hasta la puerta
de tu casa,
entrar,
echar todas las cerraduras,
y, como quien saborea
el sabor de la venganza,
decirlo:

«Ahí
os quedáis,
hijosdeputa».




De nuevo Iribarren. El cuarto —y último— que os tenía prometido. En realidad, era lo que quedaba: después de las falacias del amor más y del menos, después de la comprobación-joda del tiempo y sus lepras variadas, sólo quedan la asunción y el cinismo. Así que cerrad bien la puerta, repetid con todo el odio que podáis —y sin separar los dientes— los tres últimos versos del poema anterior y disponeos a aprender cómo aún puede hacerse uno más sangre, todavía.


"Lágrimas de mujer"

El rostro
pesaroso de la virgen
intentando explicarle
al carpintero
la mediación divina
en el desaguisado,
resultaba
—sin duda—
mucho más convincente
que tus lágrimas.

Contened, chicas, vuestros arrebatos feministas. Cambiad la tercera palabra del título por su contraria y tendréis una realidad igualmente constatable, y detestable.


"Valores en alza"

No sólo eres guapo,
fuerte y listo,
sino que además
de conciencia
ni una pizca.

Enhorabuena,
amigo:
este mundo
está hecho
a tu medida.


Os hago notar que es necesario poseer todos los atributos que indica el poema. Quiero decir que si, por ejemplo, eres listo y no tienes ni pizca de conciencia pues estás igual de jodido que si fueses inframental y concienciado. Dicho lo cual, me voy a informar este verano a ver si en Corporación Dermoestética me pueden hacer fuerte y guapo y, ¡por fin!, el mundo estará hecho a mi medida...


"Los que dominan el mundo"

Mister Hammersmith
—dijo hipando
la mujer del senador—,
esta noche
su casa
parece un zoológico
tercermundista:
no hay más que zorras
y ratas.

...y, así, para otoño —fuerte, guapo, listo y sin conciencia—, podré entrar en el selecto grupo del que habla este poema y ser una zorra o una rata (o ambas, que es lo suyo), pero dominando, que es de lo que se trata. ¡Tiembla, octubre!


"Por qué no"

Esta noche, por lo que a mí
respecta, bien podría saltar
el mundo en mil pedazos.
Por qué no. Y nosotros con él.
Acabar. Echarle de una vez
—y para siempre— el telón
a este teatro, a esta absurda
comedia. Al menos, tendría
su razón de ser otra cerveza.


Claro que, lo más seguro, es que los de Corporación Dermoestética me digan que lo mío no tiene arreglo, y se me jodan las fiestas con los señores Hammersmith y el resto del bestiario. Así que sólo me quedará el recurso de convertirme en asesino en masa —descartado: soy infinitamente cobarde— o maldecirlo todo —mucho más probable—.


"Pobres diablos"

Aunque nos cueste admitirlo
cómo nos alegra
comprobar
que aquel viejo colega
—al que no habíamos visto
desde vete a saber cuándo—
tampoco ha llegado
a ningún sitio,

que en el fondo no es más
que un pobre diablo,
como nosotros,

y que el cabrón de él
se alegra de lo mismo.


¡Claro!, no vamos a pensar que somos tan originales como para ser los únicos pobres diablos que han pensado en que el mundo reventara con todos dentro. No, qué va, ni mucho menos. El colega —al que los jambos de la clínica le habrán dicho lo mismo que a nosotros— también está deseando que la cosa se vaya a pique. Mientras tanto, sólo nos queda el consuelo de tener todos la misma naturaleza entomológica (yo me pido la cucaracha, que soy muy kafkiano).


"Una edad"

36 años. Ni tan joven ya,
ni todavía viejo. Una edad rara
—dicen—, seria; una edad gris.
No lo sé. Suficiente, eso sí,
para que a veces sientas
que los mejores dían han volado.
Y, lo que es peor aún,
que no fueron tan buenos.


Pero resulta que no termina de saltar el mundo en mil pedazos, ¡qué va! Y el tiempo va pasando, fugit que te fugit. Esto os queda lejos... por ahora. Pero si tenéis a bien descender al infierno de un instituto dentro de unos diez o doce años, buscadme —tengo la costumbre de durar—y decidme si entonces os sigue quedando igual de lejos.


"El futuro"

El futuro es vuestro,
chavales,
decían,
como quien te dice
que te ha tocado algo.

¡El futuro!
Menudo
fraude:

letras y letras
y más letras de Banco,

o la puta calle.


Vale el comentario anterior.

Ea, chavales, hasta otra. Mañana cuelgo un último poemita para que no os quedéis con este sabor —cierto— tan amargo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"momentos que no tienen precios"
este es el mejor sin duda.
un saludo Pablete! XD


Manuel Romero (ex-Albero)

Iesus dijo...

Deberían hacer una edición comentada con tus anotaciones: el librito valdría mucho más (unos céntimos al bolsillo, no te creas que soy un romántico).

Anónimo dijo...

me a gustado a medias pero para que quejarnos....está bien cara PAN!!xD.Y nose si en el poema títulado una edad tiene hay una errata en la 6 estrofa o es así pero vaya que más da!!Mañana nos vemos adios!

Rafa Romero.646600487 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.